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El sinhogarismo dentro de la espiral de exclusión social: las redes de apoyo social

por | Ene 24, 2022

redes de apoyo social y afectivo
Las personas sin hogar no están en la calle porque quieren. La pérdida del hogar es consecuencia de un proceso. No es algo que ocurre sin más. Se trata de una acumulación de vivencias traumáticas encadenadas que hace que las personas pierdan su estabilidad emocional, sus habilidades sociales, sus recursos económicos, su red de apoyo y su capacidad para revertir su situación. Y nuestro sistema de protección social es insuficiente para evitarlo.

La Red de Apoyo Social

El Dr. Francisco Megías-Lizancos, Presidente de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME) y Profesor en el Departamento de Enfermería en la Universidad de Alcalá, describe de manera muy gráfica cómo se compone la red de apoyo social de una persona:

Las redes de apoyo se pueden clasificar en formales e informales.

Las informales son las redes personales y comunitarias, y a su vez se dividen en primarias y secundarias.

  • Primarias: familia, amigos y vecinos. Cumplen funciones de socialización, cuidado y afecto, entre otras.
  • Secundarias: grupos recreativos, organizaciones sociales y civiles que operan en la comunidad, organizaciones religiosas, relaciones labores o de estudio. Algunas de sus funciones son la compañía social, el apoyo emocional y la posibilidad de acceder a nuevos contactos.

Las redes formales están conformadas por organizaciones del sector público. Cumplen funciones de orientación, información, capacitación, promoción y atención a la salud, alimentación, defensa de derechos, recreación, cuidados.

un problema de salud pública

Efectos de la Red de Apoyo Social sobre la salud

Se trata de un sistema abierto en el que hay interacción permanente entre el individuo y los diferentes actores (familia, barrio, parroquia, servicios sociales…). Esta interacción posibilita la potenciación de los recursos que posee o la creación de alternativas novedosas para fortalecer la trama de vida o solucionar problemas.

Así, el apoyo social tiene efectos directos en la salud física y mental de las personas. A través de la red de vecinos, familiares y amigos, el individuo puede encontrar trabajo, ayuda y apoyo emocional, participar en actividades sociales que amortigüen los sentimientos de aislamiento y resolver los problemas que le afectan.

instituciones en las redes de apoyo

Red de apoyo social de las personas sin hogar

Las personas sin hogar se encuentran inmersas dentro de una espiral en la que la pérdida de ciertos apoyos sociales y afectivos como consecuencia de las diversas vivencias que les han llevado a su situación de sin hogar, actúa en detrimento de otros puntos de apoyo.
De esta manera, su red social se ve cada vez más restringida. Se dirigen irremediablemente hacia una situación de exclusión que conlleva estigmatización y pérdida de identidad social e incluso de los derechos sociales básicos.

Las personas sin hogar representan la cara más severa de los procesos de exclusión social. Son privadas del acceso a un trabajo, a una vivienda y a los recursos económicos necesarios para su sustento. Se enfrentan a la soledad, a la ruptura de sus vínculos sociales y familiares y, en consecuencia, a la pérdida de la verdadera red social imprescindible para la vida.

La ausencia de un hogar o la imposibilidad de mantenerlo impiden el desarrollo de una vida digna. Esto es así porque una vivienda, además de cubrir la necesidad básica de alojamiento, seguridad y protección, proporciona un soporte clave para la creación de un proyecto de vida personal, familiar, social, relacional y de convivencia.
Y no solo eso, también se enfrentan a la aporofobia, sufriendo discriminación, insultos, agresiones e incluso violaciones y asesinatos.

importancia de las redes de apoyo social

Atención a las personas sin hogar

Existe evidencia de que la red de atención a personas sin hogar es insuficiente y los dispositivos no se adaptan a sus necesidades. Esto debilita su ya mermada red de apoyo social (ej. en muchos albergues no se permite el acceso en pareja).

Actualmente, los recursos están enfocados a atender la emergencia, institucionalizando a la persona, pero no consiguen su reintegración social. Y es que no se trata sólo de aumentar el número de plazas de albergue si esto no va acompañado de otras medidas.

Sería importante adoptar enfoques preventivos, detectando situaciones de exclusión residencial susceptibles de derivar en sinhogarismo. Además, habría que sensibilizar e implicar a la ciudadanía y tejido socio-comunitario en la prevención del sinhogarismo, comenzando por la desestigmatización del mismo.

El objetivo debería ser empoderar a la persona para que ella misma pueda seguir, en la medida de sus capacidades y deseos, gestionando su vida y tomando sus decisiones. Se debería facilitar la integración comunitaria de las personas sin hogar.