Seleccionar página

Personas sin hogar. Empleo y vivienda

por | Jul 7, 2022

empleo y vivienda

Empleo y vivienda en el proceso de exclusión social

Los dos ejes principales que condicionan la integración y la participación de las personas en la sociedad son el empleo y la vivienda. La inestabilidad o carencia en uno de estos dos ejes tiene un efecto directo sobre el otro. En la mayoría de los casos, la puerta de entrada al círculo de vicioso de la exclusión.

Precariedad del mercado laboral

El mercado de trabajo español se ha caracterizado en las últimas décadas por el mantenimiento de elevadas tasas de desempleo y temporalidad. Comparándonos con el resto de los países de nuestro entorno, y pese a los cambios en los ciclos económicos.

Destacamos como principales características:

  • Elevada tasa de desempleo.
  • Altísima tasa de desempleo juvenil, cercana al 60 %.
  • La mayoría de contratos son temporales.
  • La mitad de los parados españoles son de larga duración, es decir, que llevan más de dos años sin un empleo.
  • La mayoría de ofertas de trabajo corresponden al sector servicios.
  • Alta concentración demográfica de las ofertas y de las zonas con más desempleo. Madrid, Cataluña y País Vasco son las zonas de España con más ofertas de trabajo.
  • Aparición de nuevas formas laborales como el teletrabajo
  • Fuerte impulso del trabajo autónomo o freelance.

España tiene un grave problema estructural de paro. Pero la última reforma laboral, cuya normativa entró en vigor el 31 de diciembre de 2021, está cambiando el paradigma de la contratación en nuestro país.

Así, estamos viendo cómo el número de contrataciones indefinidas están subiendo, a pesar de encontrarnos en los estertores de la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, a pesar de ello, ya se están evidenciando los efectos coyunturales de las tensiones inflacionistas, agravadas por la guerra en Ucrania. El conflicto bélico ha supuesto un cambio en el panorama económico mundial y nacional. Está afectando las perspectivas de crecimiento que se vislumbraban para zanjar la crisis provocada por el coronavirus.

precariedad laboral

Dificultades de acceso a una vivienda digna y segura

La vivienda es una necesidad humana fundamental, indispensable para subsistir, siendo necesario tanto facilitar el acceso a la misma como que ésta mantenga unas condiciones socialmente aceptables.

En los últimos 30 años, España ha vivido diversas etapas económicas que han dificultado el acceso a una vivienda digna y su mantenimiento en condiciones adecuadas. El boom y la burbuja inmobiliaria, la mal llamada recuperación económica, la crisis de la covid-19 y, actualmente, la guerra de Ucrania y la inflación han contribuido, sin ninguna duda, al empobrecimiento de los hogares y la reducción de su capacidad de ahorro.

Todas estas situaciones de crisis evidencian cómo la vivienda se convierte en uno de los determinantes sociales más importantes para explicar los procesos de pobreza y exclusión social.

Además, España es un país donde la tendencia mayoritaria ha sido vivir en casa propia. Sin embargo, los problemas derivados de la crisis económica (ejecuciones hipotecarias, desahucios, dificultades financieras, etc.) han supuesto un aumento del peso de la vivienda en alquiler. Este hecho ha provocado que su precio experimente unas subidas más que abusivas en los últimos años.

Además, tanto la vivienda protegida como la vivienda social no ha tenido una evolución positiva en los últimos años.

Todo esto ha contribuido a la exclusión residencial de más de 11 millones de personas, que viven en infraviviendas y tienen problemas de pago de suministros. Estas personas sufren hacinamiento o sus hogares tienen barreras arquitectónicas, entre otros problemas habitacionales.

Tener empleo no garantiza una vida autónoma

Como venimos viendo, en España, la inestabilidad del mercado laboral y la precariedad de la contratación, junto con un mercado de la vivienda con precios de los alquileres sin límite, obstaculizan la autonomía y la incorporación social de la persona.

La vivienda desplaza al empleo como primer factor desencadenante de la exclusión. De manera que, tener un empleo ya no garantiza poder mantener una vida autónoma.

De hecho, hay personas alojadas en recursos temporales de las redes de atención a personas sin hogar, que tienen trabajo.

Estamos hablando de trabajadores pobres que, debido a la corta duración de sus contratos y a los bajos salarios, no tienen recursos suficientes para acceder o mantener una vivienda digna.

Son personas vulnerables que, a pesar de su aportación a la sociedad a través de su trabajo, se ven excluidas de ella.

trabajadores pobres