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La adversidad común a todos los tipos de sinhogarismo es la falta de hogar

por | Mar 6, 2023

sinhogarismo y la falta de hogar
El sinhogarismo es un fenómeno complejo y multidimensional que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque las causas y los efectos de este problema varían según el contexto social, económico y político en el que se desarrolla, hay una adversidad común a todos los tipos de sinhogarismo: la falta de hogar.

Entendemos el hogar como el espacio habitacional que garantiza las condiciones físicas, sociales y legales que permiten a la persona desarrollar un proyecto de vida y garantizar su bienestar social. Sin embargo, para muchas personas sin hogar, este espacio es inaccesible o inexistente. La falta de hogar es, por tanto, la adversidad central a la que se enfrentan todas las personas que experimentan el sinhogarismo, independientemente de su edad, género, origen étnico o nacionalidad.

El problema de no contar con un hogar

Impacto personal de la falta de hogar

El problema de no contar con un hogar es motivo de preocupación para toda la sociedad y especialmente para quienes trabajan diariamente con personas que viven en situación de calle y que día a día, luchan por encontrar una solución a esta problemática social.

La falta de hogar no es solo una cuestión de vivienda, sino que también produce un impacto en la salud física y mental, la seguridad personal, la estabilidad laboral y acceso a servicios básicos en las personas que se ven en situación de sinhogarismo.

El trabajo social es una pieza fundamental en la lucha contra el sinhogarismo, ya que los profesionales del sector pueden brindar apoyo emocional, información y recursos para ayudar a las personas a superar los desafíos asociados con la falta de hogar.

Uno de los mayores obstáculos para las personas sin hogar es la falta de acceso a la vivienda adecuada. El mercado inmobiliario y las políticas de vivienda pueden excluir a ciertas poblaciones, como personas con bajos ingresos, personas con discapacidades y personas sin estabilidad laboral. A menudo, estas personas se enfrentan a barreras legales y sociales para encontrar y mantener un hogar estable, lo que puede prolongar su situación de sinhogarismo.

Además, la falta de hogar puede llevar a problemas de salud mental y física. Las personas sin hogar a menudo experimentan altos niveles de estrés y ansiedad debido a la incertidumbre y la inestabilidad de su situación. Además, la falta de acceso a servicios de atención médica y saneamiento básico puede aumentar el riesgo de enfermedades y lesiones.

profesionales trabajo social

Enfoque holístico de los profesionales

Para abordar estos problemas, los profesionales del trabajo social deben adoptar un enfoque holístico y centrado en la persona. Esto significa considerar las necesidades únicas de cada individuo y trabajar en colaboración con ellos para encontrar soluciones duraderas y personalizadas. Por ejemplo, gestionando el acceso a servicios de salud, alimentos y refugio temporal, al tiempo que les brindan apoyo para desarrollar habilidades para la vida y mejorar sus capacidades.

Es fundamental comprender y abordar esta adversidad común para poder diseñar y ejecutar intervenciones efectivas que permitan a las personas sin hogar superar esta situación de vulnerabilidad. Por ello, es necesario abordar este problema desde una perspectiva de derechos humanos. La falta de hogar no es solo una situación de vulnerabilidad, sino que es una violación de los derechos humanos de la persona. Por tanto, las intervenciones que se diseñen deben estar basadas en el respeto y la promoción de los derechos humanos de las personas sin hogar, incluyendo el derecho a la salud, el derecho a la educación y el derecho a participar en la vida comunitaria.

También es importante reconocer que el sinhogarismo no es un problema aislado, sino que está estrechamente relacionado con otros problemas sociales, como la pobreza, el racismo y la discriminación.
Por último, es fundamental trabajar en la creación de redes de apoyo y solidaridad para las personas sin hogar. Las personas sin hogar suelen experimentar una profunda soledad y aislamiento social, lo que aumenta su vulnerabilidad y dificulta su proceso de recuperación.